Habitación doble Mata HariExótica y SensualSituada en la primera planta. Esta habitación cuenta con aire acondicionado, dos camas,conexión Wi-Fi gratuita y baño con artículos de alta cosmética.
WiFi gratuito
Para sus momentos de compartir fotos.
Transporte Aeropuerto
No se preocupe por llegar a nuestro Riad:
- Transfer/trayecto (1-3 p.): 25€
- Transfer/trayecto (4-6 p.): 35€
- Transfer/trayecto (7-10 p.): 55€
Amenities Alta Cosmética
Les Sens de Marrakech 100% ingredientes naturales.
Aire Acondicionado
Frío o calor.
Bar
Tómese algo y disfrute.
Parking Público
A 200 metros en la Plaza Riad Laarouss.
Splash Pool
Relájese después de un largo día de turismo.
Precios de la habitación
Alquiler Riad
Alquile el Riad completo, y disfrute de la privacidad y de la exclusividad.
Los precios incluyen desayuno e Iva.
No incluyen Impuestos Locales 2,50€ por persona y noche.
desde 700€/nocheTA: 800€/noche
Tarifa Normal
HASTA 15% DESCUENTO RESERVANDO ONLINE
Los precios incluyen desayuno e Iva.
No incluyen Impuestos Locales 2,50€ por persona y noche.
desde 105€/noche
Temporada Alta
Navidades
Semana Santa
Puentes
desde 125€/noche
Extras
Cava
20€
Flores
18€
Comida
25€/persona
Cena
30€/persona
Mata Hari, cuyo verdadero nombre era Margaretha Geertruida Zelle, fue una bailarina exótica, cortesana y espía durante la Primera Guerra Mundial. Pocas mujeres han despertado tantas pasiones y sembrado tanto misterio a su alrededor como Mata-Hari, la más legendaria espía de nuestro siglo...
Era bella, fotogenica, sensual… Con una belleza tan contemporánea que podría aparecer en cualquier valla publicitaria de ahora mismo alterando con su poderoso erotismo la paz ciudadana.
Margaretha Geertruida Zelle nació en la pequeña ciudad holandesa de Leeuwarden, pero terminaría viajando por toda Europa gracias a su increíble magnetismo sexual y a su debilidad por los militares, a los que hechizaba con sus encantos dentro y fuera de los escenarios.
París, Madrid, Berlín, Montecarlo, Viena… Se inventó una vida de leyenda sin sospechar que la realidad superaría de largo el gran alcance de su imaginación. A veces era una princesa javanesa experta en bailes exóticos; otras, la heredera de un sacerdote y hindú en cuyo templo sagrado había visto por primera vez la luz (Mata Hari significa “ojo del amanecer”). También decía haber aprendido en la India las danzas sagradas del "devandasisher" y el "kandaswami", así como las ancestrales artes adivinatorias y amatorias de las culturas orientales. En una Europa fascinada por los muchos misterios de las colonias, recién conquistadas, su fama de sex-symbol voló sobre las fronteras con la misma ligereza que volaban sus siete velos en las noches picantes de Paris.
Luego llegaron las exhibiciones de danza privada, los palacios, los amantes ricos, los very very VIP. Unos la protegieron y la cubrieron de joyas y otros acabaron denunciando sus maquiavélicos saltos de cama (nada que ver con las batas o la ropa de dormir).
Había estallado la Primera Guerra Mundial y nadie se andaba con chiquitas. Fue acusada de espionaje por los franceses y fusilada en la Prisión de San Lázaro, en Paris, el 13 de febrero de 1917.
Tenía pechos de niña y mirada de mujer con incontables horas de vuelo, una de esas miradas firmes que parecen surgir directamente de la tierra. Las numerosas joyas que la adornan en casi todas sus fotos nos hablan de una gran ambición y pocos escrúpulos, los justos para añorar de por vida a una madre muerta el mismo día de su nacimiento; llorar a su pequeño Norman, envenenado por un sirviente, e intentar recuperar en vano la custodia de su hija Non, después de que su marido se la arrebatase acusándola de libertina. Dicen que lanzo un beso al pelotón de fusilamiento encargado de su muerte.